He recorrido tantos kilómetros
y sigo sin encontrar el camino del que todos hablan. He dejado de entender los
versos que hablan de corazones y huyo de las palabras bonitas, que son las que
temo que me vuelvan a atrapar. Busco desconocer las caricias que me buscan y
esquivo la palabra futuro. Yo no sé de qué hablaremos mañana. Sólo sé que tengo
ganas de los secretos que esconden las grandes ciudades, de encontrarme
locamente perdida en una ciudad que no duerme, de encontrarme en una vía sin
pérdida, de buscar rincones dónde leer a los enamorados que se encuentran, se
pierden, luchan y se reencuentran en un final casi esperado.

Me muerdo el labio. Busco.
Huyo. Te vuelvo a buscar. Y entre tanto huyo. Un quiero y no puedo. Un puedo y
no es lo correcto. Llámalo amor con dulzura, miedo y magnetismo.
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