viernes, 23 de agosto de 2013

186. If your drreams don't scare you they aren't big enough

He recorrido tantos kilómetros y sigo sin encontrar el camino del que todos hablan. He dejado de entender los versos que hablan de corazones y huyo de las palabras bonitas, que son las que temo que me vuelvan a atrapar. Busco desconocer las caricias que me buscan y esquivo la palabra futuro. Yo no sé de qué hablaremos mañana. Sólo sé que tengo ganas de los secretos que esconden las grandes ciudades, de encontrarme locamente perdida en una ciudad que no duerme, de encontrarme en una vía sin pérdida, de buscar rincones dónde leer a los enamorados que se encuentran, se pierden, luchan y se reencuentran en un final casi esperado.

Las historias con final feliz son tan cojas, como las que vivimos. Se encierran bajo un punto final en el momento más bonito, no continúan con tal de no decepcionarnos con un "todo no es tan bonito princesa". ¿Y si todos dejásemos las historias en el momento más bonito? Moriríamos como los últimos capítulos, sin saber de segundas partes, sin hacernos migajas cada vez que nos hablan de un "C'est fini". Si las historias reales fuesen libros y nosotros menos curiosos, la vida sería más bonita.



Me muerdo el labio. Busco. Huyo. Te vuelvo a buscar. Y entre tanto huyo. Un quiero y no puedo. Un puedo y no es lo correcto. Llámalo amor con dulzura, miedo y magnetismo.

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