jueves, 27 de diciembre de 2012

101. Arruinando vidas


La vida empieza a cambiar. Después de tantos meses fuera de lugar, empieza a encontrar uno. Sienta bien y mal a la vez, no tiene por qué olvidar lo que ha tenido estos 16 años anteriores de su vida pero ellos sí que pueden olvidarlo porque no les importa que una persona más de su vida se valla cuando otros muchos ya lo han hecho. Si no muestra interés o si no les demuestra que es importante, se irán y lo peor, sin avisar. Pero cuando el pilar fundamental de su vida ese que hace que todo siga en pie, evitando que caiga, empieza a alejarse y a mantenerse fuera de su alcance, empiezan con paranoias que muestran que algo preocupa. EL es lo que te preocupa, te da miedo que se valla, que encuentre algo mejor (que si puede que lo haya, pero no vera lo que tú ves), después de que le desaparezca todo su alrededor caerá en picado. Él es el único que mantiene su recuerdo vivo, él es el que la ha ayudado a mantener el equilibrio durante casi medio año. Ella sin él no sería nada. El sin ella lo seria todo. Le he quitado la felicidad durante medio año, y ¿por qué siento que si sigo no le haré más daño si es lo que hago?

lunes, 17 de diciembre de 2012

100. Diferentemente iguales

Menuda estupidez, solo un idiota dejaría marchar lo que ama, porque una vez que has amado, no podrás encontrar ninguna sensación semejante. 
Cuando hay que cambiar algo en la vida, hay que empezar por uno mismo. Los cambios no nos gustan, los tememos, pero no podemos evitar que lleguen, simplemente tenemos que aceptarlos y adaptarnos, porque a veces los cambios son buenos, a veces un cambio puede representarlo todo.
Es difícil darse cuenta de que necesitas cambiar, hasta que corres el riesgo de perder lo que quieres, de perder a la persona que tantas veces te ha hecho sonreír, porque las sonrisas que te sacan las personas que te quieren, son aquellas que no se olvidan. Cuando temes perder a una persona, sabes que una parte de ti se irá con ella, porque una parte de ti, formaba parte de la vida de ambos, aunque sea la cosa más insignificante.
Cuando intentas no hacer daño a la persona que quieres, cuando intentas apoyar a esa persona, es cuando tienes la mayor posibilidad de hacerlo mal, de hacer daño, pero nunca con esa intención. 
Quizá no sea la mejor novia, ni la mejor amiga que se pueda tener, no se dar buenos consejos, pero no quiere decir que no lo intente. Se lo pesada que puedo llegar a ser, pero siempre tendré un motivo. Me cuesta aceptar las cosas, porque normalmente aceptar la realidad duele, pero hay que afrontarla en algún momento.
He hecho muchas cosas mal, pero nunca las he hecho con mala intención, mi intención siempre ha sido verte bien, pero creo que mi compañía ahora ya no ayuda. Dos personas que se quieren como no han querido a nadie no encontrarán el momento de decir adiós, porque el adiós siempre duele. Nunca, no llega nunca, porque se intenta luchar, intentar cambiar para que las cosas vayan a mejor, para que esa persona que tantas veces te ha dicho te quiero, siga a tu lado sonriendo al mirarte. 
Te das cuenta de que quieres a una persona cuando empiezas a preocuparte si habrá llegado bien, pensando cómo le habrá ido el día. Te das cuenta de que quieres a esa persona cuando piensas en él antes de dormir y lo primero que piensas al levantarte es si habrá dormido bien. Cuando quieres pasar las noches en su compañía, y te acuerdas de ella cuando ves algo que le gustará. Cuando abrazar a esa persona es una de las mejores sensaciones que tienes.
Las relaciones humanas son irracionales y a menudo, absurdas, pero siempre tienen algo que las hace especiales. Tú a mí me hiciste especial, me hiciste feliz simplemente por haberme dicho tu nombre en el momento preciso. 
Me gustaba y me gusta hacer planes de futuros viajes contigo, o futuros planes de vida, porque eso significa que las cosas pueden ser infinitas, nunca se tiene la certeza de ello, pero siempre existe esa posibilidad creando sueños en común a una persona.
No somos iguales, tú eres más fuerte que yo, yo en cambio soy una llorona, tú sueles necesitar estar solo, yo en cambio necesito muchas veces tu compañía, pero en el fondo no nos diferenciamos tanto.
Hemos cambiado, como cambian todas las personas, pero a pesar de los cambios, seguimos siendo los mismos, encontramos en nosotros lo que nos hacía falta, una persona con la que compartir las palomitas, una persona con la que chocar la mano, una persona con la que compartir la cama aunque se mueva, ronque o te quite toda la manta. Una persona a la que abrazar debajo de las sábanas.
Aunque ya no suene creíble, este ha sido el punto de inflexión, el cambio, y ahora sí que sí.
No quiero que te canses de mí, porque nadie me había hecho tan feliz con un simple te quiero, absolutamente nadie. 


Te amo.

99. Perdidos


Radiante, no había otra palabra mejor para definirla. Ella siempre lo veía impresionante. Le dio por pensar todos los momentos con él y todos eran increíbles. Pero ahora más que eso. Un día cualquiera en el que no había mejor entretenimiento que la dulzura de amar. De sentir que sus pieles rozaban y respiran el mismo aire de esa oscura habitación. Perdidos entre caricias, besos y algún que otro muerdo. Perdidos. Sí. En el mundo que solo crearon ellos dos, con su imaginación. Se pusieron a imaginar como sería todo perfecto. Pero se dieron cuenta que no había nada mejor que eso. Que ese momento. Sus miradas. Sus sonrisas. Sus "me encantas". Todo eso hacía que fueran tan felices como nunca, al menos ella, había imaginado. Solos. Cerca de sus oídos sonaba una canción tras otra. Cada cual perfecta en cada momento. Como ellos. Como su amor. Perdidos bajo la música, sin atreverse a articular palabra. Solamente se le escapaba un te quiero cada minuto, una sonrisa. Se acerca a su oído y sin pensarlo dos veces le dijo lo primero que supo al quererle: eres mi felicidad. Y los dos se hunden, bajo un tierno beso. Queriéndose, sin más. Haciendo solo suyo ese momento.

domingo, 16 de diciembre de 2012

98. Quien lo sigue, lo consigue


Los sueños pueden hacerse realidad. Sí. Lo afirmo. Doy fe de ello. ¿Por qué? Porque lo he vivido. Porque he visto como hemos luchado para conseguirlo. Todo el dolor, el sufrimiento, las lágrimas que hemos derramado para que esto se hiciera posible. Ha llevado su tiempo conseguirlo. Meses y meses que se hacían interminables. Pero quien lo sigue lo consigue. Quién pone esfuerzo y paciencia  puede conseguir todo lo que se proponga. Por muy largo que sea el camino, por muchas veces que te tropieces. Todo se puede lograr, no te rindas. Si te lo dice una perdedora nata, tú podrás conseguirlo. 
Se avecinan cambios, cambios a mejor. 
Lo importante no es llegar a la cima, sino nunca dejar de subir.


sábado, 15 de diciembre de 2012

97. Jugamos?


Vamos a jugar a un juego: Levántate, ponte recta y levanta bien la cabeza. Fija tu mirada en el horizonte y empieza a caminar. Camina lentamente, disfruta de cada paso, pero no pares, eso es lo más importante. Si te paras, pierdes. Cuanta más seguridad tengas y más feliz seas, más puntos ganas. Olvida los malos recuerdos, deja tu mente en blanco, abre tu corazón, piensa en el presente, en el HOY. Ni se te ocurra llorar con el pasado, porque por cada lágrima, retrocedes un paso. No aceleres repentinamente, o te saltarás casillas... y lo más esencial de todo: si das la vuelta, quedas eliminada.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

96. Weird girls = SPECIAL GIRLS = Scarce


We aren't the girls who get 42 'likes' on our Facebook pictures, we aren't the girls that act dumb to get the guys, or that wear shorts with our asses hanging out. We care more about music than popularity. We are the girls who have laughing fits without worrying if our faces look weird, we are the girls who genuinely care about how you are, we are the girls who don't make a big deal of what you said 2 years ago, we're the girls who care more about being nice than who thinks that we're 'hot', we are the girls who can be quiet and often overlooked, but I guarantee we are the girls you'd rather be friends with.

95. Pocos y a la vez muchos


Princesa, ya queda poco para hacer una cifra que multiplicada por infinito da por resultado los meses que quiero estar a tu lado. Me siento genial cuando estoy contigo y no quiero dejar de sentirme así y de vivir tan feliz sabiendo que pase lo que pase te tengo ahí para ayudarme. Da igual las miles sorpresas que me des durante mi vida contigo, porque eres tú la que me sorprende y emociona a diario con una simple risa o caricia, eres lo mejor que me ha pasado y lo único especial que tengo en mi vida. no te vallas jamás, Te amo.

                 (Del chico que sabe enamorar a una niña y tratarla como una verdadera princesa, ÉL)

94. Esa persona no soy yo, pero existe


No soy yo quien decide si el cielo es negro o gris, azul o blanco, si se ve el sol o las estrellas, o si las nubes las protegen. No soy yo quien se acerca a la orilla del mar y decide si mi mente se queda calla o me pide a gritos que piense en ti, se el impulso de saltar para bañare en  el mismo mar que tú ves es más grande que el de pensar que es una idea loca, una idea simple, como un nudo que sabes desatarlo a simple vista. O si es un cubo de rubick de más de seis colores; ocho, diez, doce mil. ¿Qué más da? En el fondo todos sabemos que habrá alguien que sepa solucionarlo. Pero tampoco soy yo quien decide si solucionarlo o no. Esa oportunidad quedo perdida hace tiempo.

martes, 4 de diciembre de 2012

93. Piedras por el camino, que no entorpecen mi destino


Hace tiempo me dijeron “tan solo vive y hazlo lo mejor que puedas”. Es posible que aún no haya aprendido la lección, que el ser humano sea el único tonto que tropieza dos y más veces con la   misma piedra, y que aunque sabe que tropezara Vuelve a caminar por el mismo sendero, pensando que esta vez no caerá  porque es mas fuerte que la vez anterior. O tal vez, la tonta sea la maldita piedra, que no se da cuenta que nos podemos acostumbrar a caernos y que no importa, porque algún día nos levantaremos, y ne ves de dar marcha atrás para demostrar que somo capaces de pasar sin caernos, caminaremos hacia delante, aprendiendo.
Por eso, querida piedra, quiero comunicarte que me da exactamente igual las veces que me caiga, porque se, que siempre me levantare después de cada caída.