Por una vez no quiero hablar
de amor, ni de nada que tenga que ver con ello. Sino de la vida en general, de cómo
vivirla y disfrutarla. De ser uno mismo sin que la sociedad juzgue. Sin que
tengas a alguien siempre encima juzgando cada uno de los pasos que das. Hurgando
en la herida del pasado, y acentuando cada error que cometes, solo para
sentirse mejor consigo misma. Y lo que no sabe es que es una persona infeliz y
envidiosa que no sabe disfrutar de lo que tiene. Aprovecha algo cuando lo
tienes, porque puede venir cualquier persona y arrebatártelo sin más. Sin darte
cuenta. Y tú, tú no lo has aprovechado como deberías. Te arrepientes. LA peor
cosa del mundo y el peor remordimiento del universo es el arrepentimiento.
Duele. Como una puñalada trapera de alguien a quien querías, porque apreciar no
es la palabra correcta, sino no dolería. Créeme. Nunca te arrepientas, los
errores se cometen. Y de ellos se aprenden.
Se fiel a ti mismo, solo tú
te conoces. Nadie sabe cómo realmente eres, ya que, aunque no te des cuenta,
depende de con quien estés tomas una actitud diferente. Por ejemplo, si estas
con gente inteligente intentaras ser lo más inteligente posible para sentirte
adaptado. U otro ejemplo es directamente tu forma de ser en general, tu forma
de caminar, de hablar o incluso de vestir. Las personas nunca queremos
destacar. Ese es nuestro error.
Y es lo que voy a cambiar,
intentare sacar un pedacito escondido de cada persona. Aunque solo me encuentre
que unas cuantas contadas con los dedos de las manos sean las que en muestren
ese secreto.
Hoy es el día del cambio,
hoy es mi día, es el día del cambio, hoy es mi día.
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