viernes, 31 de agosto de 2012
22. Cuento2
Había una vez, una bella princesa llamada Laura, que vivía en un castillo
vigilado por dragones, en las tierras de Inglaterra, donde el sol amanecía
pronto. Ella, necesitaba a un caballero que la salvara, y esta bella princesa
esperaba a su príncipe azul con ansia, muchos intentaron rescatarla, pero nadie
conseguía realmente ayudarla, hasta que un buen día, el caballero Pablo, decidió
ir en busca de aquella bella dama de la cual había oído hablar muchísimo, se decía
que su dulce mirada era capaz de entiernecer hasta el malvado más maligno, su
sonrisa era capaz de enamorar a cualquier persona que la mirase, era la más
bella dama del lugar. El caballero Pablo, su novio que se encontraba a km de
distancia, decide ir a salvarla, todos sabían que sería un viaje duro y largo,
pero a él le daba igual ya que sabía que el amor que sentía por aquella bella
dama podía con todo lo demás, con las personas que no creían en el, que decían
que no lo conseguirían personas que le envidiaban... El príncipe paso duros
tiempos a lejanías de su princesa, por la cual estaba recorriendo esos
peligrosos caminos, 2 meses casi llevaba la travesía, y la princesa cada vez más
perdía las esperanzas de ser rescatada Pero el príncipe, seguía dándolo todo
por ella, por aquellos caminos plagados de trampas, como una fue, en el monte,
en las cuevas, a la salida del país, encontró a un dragón que intento engañar
para comerse al caballero Pablo, pero no lo consiguió ya que el
amor tan fuerte que posee en el corazón, lo puede todo Laura ya había perdido
totalmente la esperanza Creía que su príncipe azul nunca llegaría Pero cuando
menos se lo espero, tachan. Ahí estaba, tras kilómetros de sufrimiento, días de
horror sin la persona que amas, allí estaba por sorpresa, su príncipe azul La
bella princesa con aquel vestido largo, todavía, sin creerlo, corrió a besar a
su amado, aquel primer beso después de tanto tiempo, dejo sin palabras, reflejo
la pasión, los sacrificios, la voluntad que ha tenido esta bella pareja, que
lucho contra las predicciones de los envidiosos que quisieran tener un bello
amor como el suyo Y si, allí estaban, juntos, por sorpresa, en aquellas tierras
perdidas de Inglaterra, el uno y el otro, sin pensar en nadie más, Viviendo por
y para el otro, disfrutaron de esas perfectas semanas Lagrimas de orgullo por
todo ese sufrimiento recorrían la sonriente cara de aquel iluso príncipe, el
cual parecía vivir en un mundo de felicidad, ya que trato de hacer todo
positivo para su dulce princesa, por muy amargo que fuera para el Así pasaron
meses y meses de felicidad Esa preciosa pareja tuvo 3 hijitos Y vivieron juntos
aquel especial amor, de por vida, hasta que la muerte les separo Y que fueron
felices y comieron perdices Y la moraleja es: muchas veces tienes que mirar
hacia ti mismo, y agradecer lo que tienes, ya que falta que este lejos eso que
deseas para realmente ver lo que sientes por eso.
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