Ese ligero aroma a Calvin Klein recién derrochado que a
cualquiera le volvería loca, inspira a amor.
Una despedida con
pocas palabras y un beso en la frente es todo lo que necesitaba. Amor
sin palabras bonitas, en silencio y con miradas, sí es amor. Lo que se lleva es
ser una de esas locas impulsiva que no se arrepienten de llenarse la piel de
tinta con su nombre, la que apuesta por esa tinta cuando los demás se mantienen
escépticos ante las historias de amor de por vida.
Está bien no ser normal, hacer locuras y apostar por ellas.
Lo más bonito de la vida es poder oler de cerca los momentos bonitos. La clave
debería ser agarrarse a esos momentos y no buscar más príncipes azules, porque
estos se destiñen. La clave está en agarrarte a quién te regala su vida, quién
apuesta por ti, quién te habla con la mirada, quién conoce cada milímetro de ti
y no necesita preguntarte muchas cosas más. Escuchar
cualquier canción y sentirte más optimista que hace dos minutos, se llama tener
amor en tu vida.
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