domingo, 12 de mayo de 2013

150. Reconozco que me gustas más cuando estás ebrio.


Encerrada en esta habitación, mientras estudio economía, viendo como los cristales frente a mí se empañan de gotas de lluvia ocultando su transparencia.
Pensar es lo mío, necesito un respiro. Me recuesto sobre la almohada, suave y fina, llena de plumas. Cierro los ojos y retrocedo en el tiempo. Llego hasta la época en la que éramos felices. En la que lo dábamos todo el uno por el otro, lo anhelo. Nostalgia. La puta nostalgia se apodera una vez más de mí. ¿Por qué? ¿Quién o que soy?
He de admitir que recuerdo nuestro último encuentro cada noche desde que la distancia atraviesa mi corazón. El me dejaba el día anterior, los dos derrumbados nos encontraríamos al día siguiente y nadie sabía que pasaría. Reconozco que me encanto pasarme de la raya, aunque dije que no pasaría. Me encanto ver como esa chispa entre ambos aún existía, ver como aun me deseabas. Unas copas fueron suficientes para caer en tus bazos, la verdad es que no recuerdo mucho de aquella mañana, pero la tarde la recuerdo como si hubiera sido hace unas horas. Acurrucados, como en los viejos tiempos. Deseándonos y queriéndonos. Saciaste mi sed, yo sacie la tuya pero después se acabó, el arrepentimiento hundió tu mente. Eso no debería haber pasado. Quise creer que habíamos hecho el amor, llegue a creerlo durante días, hasta que el último día no me quisiste ver. Ni un simple adiós. Entonces, solo entonces la venda se deslizo y cayó al suelo, pude ver como aquella noche de desenfreno solo había sido una noche de eso, desenfreno. Solo me follaste haciéndome creer que era algo mas y te fuiste dejándome allí enfrascada en mi amor por ti.
Me querías seguir teniendo en tu mano, hasta que empecé a plantarte cara y eso no te gusto. Pero no me arrepiento de nada, absolutamente nada. Aquella noche me sirvió de mucho, y follar contigo sinceramente sé que es lo mejor. Pero es solo eso,… follar. Nada más. Y yo, yo necesito flores y corazones, una vez me lo diste pero no fui suficiente para ti y lo siento en el alma. Pero ya se acabó, esa mano con la que me tienes agarrada se soltó.
Solo te digo adiós, dando un apretón de manos y deseándote lo mejor. Pero te lo deseo porque lo necesitaras, ya que a una parecida a mí nunca encontraras.



Disfruta de tu mono, te quiere bien lejos.
 Laura xoxo

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