Ya no sólo decepciono a los demás, sino a mí misma. Todos
esperan demasiado de mí. Imaginariamente me comprometo en relaciones que yo sé
que después no funcionan. ¿Por qué? Porque duro menos que una vela encendida.
Si hubiera sabido antes que eras como un capricho, por seguro no me habría
embarcado en este barco. Del que acabaré saliendo y del que tú saldrás
malherido. Que mal naufragio. Nunca me conformo con lo que tengo. Pero en el
amor, no vale el conformismo, tienes que ir a lo que tú veas seguro, a lo que
tú le veas futuro. Y yo creí vérselo a lo nuestro. Bien ciega que estoy. Piensa las cosas antes de tomar una decisión. Lo
peor de esto es que nadie me considera una persona seria y formal, yo misma me
creé esa imagen. Siento que soy la persona más sola de este mundo. Que ni
siquiera mi mejor amiga a la que acudiré en busca de consejo y consuelo me
llegará a entender nunca. Ella es demasiado perfecta.
Dicen que en el amor, sufre el que más quiere, ¿no? Pues sí,
lo admito, lo reconozco, por muy mal que quede ante las personas que os estáis
parando a leerme, él me quería mucho más que yo a él.
Perdón por todo, de verdad. No mereces el daño que te voy a
acabar haciendo.
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