sábado, 12 de enero de 2013

106. El tiempo


¿Desafiarme tú a mí?
Una pobre chica, una mortal sin alma propia y con la sonrisa rota. Una simple chiquilla herida de muerte, con cicatrices cortándole las ganas, con lágrimas negras de tanto llorar. Tú, que no eres capaz de levantarte, de alzar la vista ¿te atreves a desafiarme? De seguro que no sabes con quien juegas. Yo, señor de todo y de todos, infranqueable, me extiendo a lo largo de la historia como un muro de piedra y atrapo en mis entrañas a aquellos que como tú se creen dichosos. Yo, que con un soplido puedo desquebrajarte el interior, que soy la velocidad en persona, ese por el que sufres y al que anhelas con deseo. Soy el que provoca que tus heridas sangren y  no cicatricen. Yo que lo sé todo, que no me puedes engañar, que estuve desde el principio y estaré hasta que ese amor por el que me ruegas desconsolada que me detenga llegue a su fin. Criatura ¿Cómo osas? ¿Es que acaso no sabes quién soy?
Soy el tiempo, ese al que quieren y desprecian. Al que todos saben ver y ninguno conocer. Ese soy yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario