En mis planes no estaba enamorarme de ti, pero supongo que nadie puede elegir de quien se
enamora. Sin saber demasiado bien como, te convertiste en todo para mí. Cada noche, antes de
dormirme soñaba despierta con tus
abrazos, con el sabor de tus besos y no podía evitar sonreír como una niña
pequeña. Y te juro que cada vez que las
cosas se torcían, y pensaba que te perdía mi mundo se venía abajo y nadie más
que tú podía devolverme la sonrisa. He perdido la cuenta de las veces que he
llorado por lo nuestro, aunque tú nunca me hayas visto, como también he perdido
la esperanza de que vuelvas. Te quiero,
no lo vayas a olvidar nunca.
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