miércoles, 5 de diciembre de 2012

94. Esa persona no soy yo, pero existe


No soy yo quien decide si el cielo es negro o gris, azul o blanco, si se ve el sol o las estrellas, o si las nubes las protegen. No soy yo quien se acerca a la orilla del mar y decide si mi mente se queda calla o me pide a gritos que piense en ti, se el impulso de saltar para bañare en  el mismo mar que tú ves es más grande que el de pensar que es una idea loca, una idea simple, como un nudo que sabes desatarlo a simple vista. O si es un cubo de rubick de más de seis colores; ocho, diez, doce mil. ¿Qué más da? En el fondo todos sabemos que habrá alguien que sepa solucionarlo. Pero tampoco soy yo quien decide si solucionarlo o no. Esa oportunidad quedo perdida hace tiempo.

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