sábado, 25 de agosto de 2012

14. Lluvia


Ver la lluvia caer sobre mi ventana. Mientras tumbada en la cama ves cómo la noche pasa. Y estando tan lejos de tus amistades, la gente cambia. No se puede ser, que finalmente te des cuenta que eres tú la que ha cambiado. Que no sabes cómo reaccionar a lo que pasa a kilómetros y kilómetros de ti. Enterarte de cosas que no te hacen demasiada gracia, pero por miedo a perder haces como si te diera igual. Como si no importara lo que en realidad no sabes si realmente ha pasado porque tenía que pasar, o porque era el destino. Aunque no creas en él.
Todo cambia, estando a kilómetros de distancia ves como actúa la gente de su alrededor. A su manera y creando mundos nuevos en los que tu poco formas parte de. Pero bueno el tiempo hace ver lo que realmente vale la pena y lo que no. Ya pronto empezara mi nueva vida, con mis nuevas amistades en mi nuevo país, con mi nueva casa y mis nuevos pensamientos, en otro idioma, idioma que los que están a kilómetros no comparten.
Aquí puede que me sienta olvidada o Incluso apartada de ellos, ya que cada día buscan a alguien diferente que llene el espacio que he dejado vacío. Pero eso se puede evitar no? O sea yo estoy allí de alguna de las maneras, me entero de todo, ayudo a lo que puedo aunque no sea mucho. Pero estoy ahí para lo que sea. Es decisión de ellos si dejan de contar conmigo o no.
Yo solo rezo cada noche, para que cuando vuelva todo siga igual que este verano, que cuando llegue podamos reírnos, desfasarla y volvernos locos. Como siempre hacíamos. Y que tú, sabes perfectamente de quien hablo, TU estés ahí. Conmigo. A mi lado. Sacándome de nuevo aquella carcajada que me sacaste el primer día-noche juntos.
Porque te amo y te echo de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario