domingo, 26 de agosto de 2012

16. El arte de bailar

Tu respiración se acelera, tu estómago se alborota, lo sientes en tu corazón e incluso antes de que lo veas, sabes que siempre estará allí para ti… Al decir estas palabras, cualquier persona pensaría que estoy hablando de un enamorado, sin embargo: las bailarinas y los bailarines sabría que hablo del espectáculo, del ansia que invade el cuerpo antes de bailar, de la emoción y los escalofríos que te abordan al escuchar tu pieza sonar, esa presión en el estómago justo antes de salir y como todo se evapora una vez que estás bailando, ya que dejas de pensar y empiezas a sentir.

Llevo alrededor de toda mi vida pasando por esto, por toda la preparación, el estrés, la dedicación, la devoción y el crecimiento que significa vivir para el espectáculo. Y aun lo sigo sintiendo. Porque las bailarinas y los bailarines somos de los seres más dedicados y disciplinados que pueden existir, muchas veces cambiamos salidas por ensayos, regalos por zapatillas, noches de fiesta por una presentación, ropa de moda por vestuario. Pero no importa lo que tengamos que abandonar, pues el placer y la satisfacción que nos otorga el bailar y dar lo mejor de nosotros en el escenario es suficiente para hacernos felices. Nosotros creemos en el sentir las piezas, en el vivir las melodías, en que hay una interpretación y un sentido para cada momento que se experimenta en el escenario. Por supuesto, ninguna de nosotras hubiese llegado hoy aquí sin el apoyo de nuestras familias, que junto con nosotras han sacrificado fines de semana para que asistamos a los ensayos, que han vivido toda la preparación que conllevan las semanas previas al gran debut, que siempre nos ayudan y solventan cuando hay problemas de vestuario, que siempre están dispuestos a hacer lo necesario para que no nos falte nada y podamos bailar como todos los demás. Tampoco estuviésemos aquí sin la entrega y el amor de nuestras profesoras, ya que ellas son las que siempre están allí, presionando para que las cosas salgan bien, tratando de que cada quien destaque a su manera en la pieza que baile, formando pequeños talentos que algún día florecerán, animándonos a que no nos rindamos fácilmente, a que si las cosas no se dan hoy: mañana habrá una nueva oportunidad para intentarlo.

El ballet, a pesar de lo que muchos digan, me ha hecho una persona plena, me ha permitido desarrollarme a nivel personal, me ha dado la dicha de compartir con personas hermosas y la oportunidad de aprender y de enseñar a cada una de ellas. El ballet está basado en la disciplina, en el esfuerzo continuo, en la dedicación, en aprender de los errores y ser mejor a partir de ellos. Yo he aprendido eso en torno a mi vida. Busca tu devoción y podrás sacar tu vida adelante como lo he hecho yo. Ahora me toca buscar nueva vida y nuevos bailarines con los que compartir nuevas piezas.

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