viernes, 19 de abril de 2013

146. Delirios de una drogadicta


Ella estaba cansada, con los ojos a medio cerrar y las piernas estiradas sobre el colchón de su cama. Estaba malherida, rabiosa, tímida, frágil como una estatuilla de cristal esas que aparecen en todas las películas americanas en casas de personas mayores. Agacho la cabeza, su barriga blanca como la leche y redonda como una pelota de fútbol, la entristeció aún más.
Ya no había marcha tras, ya había llegado al punto en el que o te dejas caer, o te tiran. Mentira, ella ya había caído. Había caído desde lo más alto que se puede caer, y se había levantado. Claro, se había levantado y con una sonrisa en la cara, esas como las de siempre, ‘debe mostrarse feliz’ pensaba para sí misma.
Eso sí que es valentía, levantarse a pesar de que puedas volver a caer.
Esa chica era increíble, sencillamente genial. Pero, su perdición comenzó un día nublado en una esquina del barrio donde vivía, donde se drogaba a palabras vacías, sonrisas forzadas y besos que nunca probó. A cada página le ponía nombre y apellido, a cada página la bautizaba con aquel muchacho que un día la enamoró pero decidió, después de un tiempo, que no era lo suficientemente buena para él.
Ese muchacho que ni siquiera recuerda el nombre de la chica, no recuerda ni siquiera que existe. Ese muchacho que se llevó su corazón enlatado en una lata de cerveza fría, o en un vaso de vodka de algún color en especial.
Y aquí la veis ahora, drogándose a palabras vacías en esa esquina, de ese barrio suyo. Y emborrachándose fin de semana si, fin de semana no a caricias y abrazos que nunca le han dado y por fin gracias al viento de aquella esquina ha encontrado.
Y eso que había otro chico, que estuvo dispuesto a darlo todo por ella, pero las personas suelen querer a quien no las quiere, y no amar a quien las ama. Jodida la vida nuestra, sí. Pero peor la suya, que su cabeza solo recuerda los chutes a palabras vacías de la noche anterior, y la resaca a abrazos y caricias corroe dentro de su ser. Los olvida a la hora de comer, para volver a drogarse con ellos esa misma noche. Hoy brindo por esa chica, y pido que se drogue un poco por mi mientras escribo estos últimos versos dedicados a ti.

145. 12abril2013


Querido…; (Carta número 12).
No sé cuántas veces te he escrito, he perdido la cuenta. Prometí no volver a hacerlo, y aquí me tienes, perdiendo la cabeza una vez más. Voy sin rumbo, porque ningún destino me parece lo suficientemente bueno si tú no estás él. No solo he perdido la cuenta  de todas las cartas que te escribo y que sé que nunca leerás, también de las veces que intentamos luchar sin éxito, de las guerras que siempre acaban con derrotas,  de aquellos intentos que no sirvieron para nada, solo para herirnos un poco más. Pero a pesar de perderme un poco, me quedan nuestros recuerdos, y algunos tan buenos, que duelen.  El problema es que siempre tendemos a recordar los malos momentos, y esos  no te imaginas cuanto escuecen.
Recuerdo cuando creíamos que éramos invencibles, cuando con cada pequeño problema, nos volvíamos enormes, cuando después de cada enfado venían las mejores reconciliaciones. Y ahora se, que eso era vida. Después  seguimos luchando, quizás con menos fuerza, pero si con ganas. Pero llego un punto, en el que la situación se te venía grande. ¿Por qué no pudimos más? ¿Por qué no nos dimos cuenta de todo lo que iba a pasar? Nunca lo sabré, pero  siempre he pensado que nunca me merecí tener a alguien como tú en mi vida.  Después recuerdo cuando tus ojos dejaron de brillar al verme, cuando se alejaban poco a poco  y esta vez sin retorno, también recuerdo cuando mi sonrisa empezó a cansarse,  y aún más cuando se esfumo del todo. Ahí fue cuando nos empecé a echar de menos.  Luego llegaron las ojeras, pero esta vez, por distintos motivos, más tarde las lágrimas en la almohada, noche tras noche, mañana tras mañana. Era una tortura el saber que te estaba perdiendo,  saber que estábamos ante el principio del fin. Y así poco a poco dejamos de ser nosotros  y la magia se perdió por algún lugar al que no supimos ir. Y ahora, sin magia solo nos quedan las heridas de las guerras que perdimos, las cicatrices de un pasado que no volverá,  las lágrimas que a veces salen sin darme cuenta al pensar en lo que fuimos, los recuerdos de aquellos momentos que nos dieron la vida. Y un montón de razones para darnos cuenta de que al final, perdimos.
Tú y yo sabemos cómo esto termina, yo no sé cómo o cuando pero tampoco me importa, tampoco me importa donde vivas o con quien estés, ere mi novio. Estamos destinados. Yo se eso, y tú sabes eso.
Solo te quería decir que adiós, por ahora. Y gracias por esos increíbles meses.
Son 443 palabras que más o menos expresan todo lo que no me he atrevido a decirte. No sé porque… quizás miedo a que te burles o simplemente a tu reacción, pero quería que lo supieras.
Siempre voy a estar aquí, para ser tu amiga, para hacerte reír cuando estés mal. O para cuando te acuerdes de mí y necesites hablar. Siempre…

jueves, 18 de abril de 2013

144. Todo.


La espada que atraviesa mi alma cada vez que me dices que no, cada vez que ignoras mis humildes y necias palabras que sólo dicen lo que sienten, es la misma que me ayuda a superar con el incontrolable humor de mi oscuro corazón que lucha contra la claridad inhumana de tus insonoros besos.
Un caluroso 'buenos días, te he echado de menos mientras dormía', con sabor a ti, es lo que pido a partir de ahora, cada vez que me encuentre sola, o con tu armoniosa compañía.
Invisibles sábanas que se aclaran cada vez que nos rozamos. Universo paralelo que nos avisa de que hay demasiado odio cada vez que nos queremos. Corazón frío el de mi cuerpo que se da cuenta de que se para el tiempo cada vez que nos besamos.

sábado, 13 de abril de 2013

143. Ni siquiera los sueños me salen bien.


Me asomo a la ventana, sigo siendo la misma chica de ayer, pero estoy cansada de serlo, pienso que es hora de cambiar, pero no me veo capaz. Sé que me estoy equivocando pero no encuentro ninguna solución, haga lo que haga estoy perdida. Cierro los ojos con fuerza y dejo volar mi imaginación. me preguntaba cómo sería mi vida si fuera una película, si yo fuese esa Julieta enamorada hasta las trancas de un joven apuesto que le prometerá amor eterno, pero ni siquiera él contaba con qué; un día se cansaría de su amada Julieta, y entonces él, tras un impulso se irá, se irá para siempre sin darla una explicación, la abandonaría a su suerte, en una vieja autopista, entonces solo le quedaría Paris, que iría a buscarla, pero él jamás le haría sentir viva, el jamás sería ese Romeo por el que vale la pena morir. Entonces vuelvo a la realidad, sabiendo que ni siquiera la película de mi vida hubiera tenido éxito.

miércoles, 10 de abril de 2013

142. Mini-flashbacks


Y es como uno de esos flashbacks de unas milésimas de segundo. Me da por pensar en cómo habría sido todo lo que nos quedó por vivir. Recuerdos de algo que nunca llegamos a vivir, me empiezan a matar por dentro. Porque aunque parezca imposible pienso en el frío que habríamos pasado las tardes de invierno, pero se me pasa cuando pienso en el calor que me darías. Imagino como serían aquellas tardes de lluvia, a esas gotas intentando detener nuestros besos, mi pelo destrozado, tus manos en mi cintura, nuestras sonrisas dibujadas en aquellas fotos. Imagino todos los besos que me debes, y la de recuerdos que nos faltan.
Todo esto es tan solo unas milésimas de segundo, que te recuerdan la de cosas que perdiste por no atreverte a arriesgar.


martes, 9 de abril de 2013

141. Delirios


Y cierro los ojos, y me imagino que vienes a buscarme, que me abrazas como nunca nadie me ha abrazado, tan fuerte, que los problemas dejen de sonar, tan fuerte, que parezca que el mundo se pare. Y después me susurres al oído que me has echado mucho de menos durante este tiempo, mientras yo pienso,  que tú jamás te imaginarías lo mucho que te he extrañado yo. Me imagino cómo serían nuestras tardes, nuestros besos, nuestras despedidas, y me dan razones para seguir luchando por ti. Porque te quiero, porque nunca nadie me había dado tanto como me lo das tú y porque quien algo quiere, algo le cuesta.

jueves, 4 de abril de 2013

140. Erase una vez


Hoy he vuelto a despertar con esa sensación de soledad. Me doy la vuelta en mi cama, aún con los ojos medio cerrados, estiro el brazo en busca de tu presencia, tus caricias… vacío… solo encuentro a las sábanas las cuales son las que me acaricias desde hace unos meses. Desapareciste. Los dos desaparecimos.
Me levanto con la misma dificultad cada mañana, desde que no te tengo. Un paso, otro paso y otro más, parece que voy labrando mi camino pero es más difícil y más oscuro si no estás conmigo, a mí lado, agarrando fuerte mi mano, como antes solía ser.
Hablábamos cada noche, recordándonos lo mucho que nos echamos de menos, lo que nos necesitamos el uno al otro, pero, los finales... no tienen marcha atrás y el destino juega al azar en tu vida, arruinándola de forma aleatoria y por siempre.

 Lloro, porque no te queda otro remedio y sientes como esas lágrimas ya no significan nada, igual que tú para el mundo, y el mundo para ti.
Ambos sabemos cuál fue el motivo, tan crucial y decisivo, que acabó con esta magia que aun así sigue viva en nuestros corazones.

Una causa que tuvo importantes consecuencias y que marcó el final de una etapa, de una historia y de cuento. Un cuento que no trata de ilusiones y alegría, un cuento que no despierta sensaciones... Un cuento en el que el príncipe prefiere ser rana, un cuento en el que la princesa ha muerto, un cuento sí, pero sin final feliz.

miércoles, 3 de abril de 2013

139. Se puede decir que lo fuimos todo.

Fuimos como el primer beso, del primer amor, fuimos como esa estrella fugaz a la que pides un deseo y se cumple, Fuimos como esa foto en blanco y negro que nos recuerda a cada instante que hubo un tiempo maravilloso. Fuimos el fuego que no se apagaba hasta que llego la tempestad con sus ganas de arrasarlo todo. Fuimos un amor eterno que termino en una noche. Digo fuimos porque así fue como compartimos un trocito de nuestras vidas, donde decidimos compartir las noches, los amaneceres y más tarde las ojeras. Compartimos miles de recuerdos enlatados, miles de sensaciones que jamás nadie ha contado, sueños de viajes poco planificados en los que mi mejor destino no era París, si no tus brazos. Digo fuimos porque ya no somos nada, no somos nada y lo más triste es que jamás volveremos a serlo. Y digo fuimos porque un día decidiste romper con esta historia para emprender una nueva, yo por mi parte seguiré aquí, justo donde me dejaste por si alguna vez te apetece regresar al mundo que un día te hizo soñar.

martes, 2 de abril de 2013

138. Hablemos de aguas y espinas...


Ninguno hace caso del agua que va después de la lluvia cuando vuelve el sol. Poco importa si sobre esa agua, hay lágrimas después de haber llorado, por amor, por dolor. El agua se evapora, vuelve al aire y a nuestros pulmones respirando el viento que sentimos en la cara. Y las lágrimas, vuelven a entrar en nosotros, como las cosas que hemos perdido, pero nada se pierde en realidad. Cada segundo que pasa, cada luna que surge, no hace más que decirnos:

-Vive. Vive y ama lo que tú eres, como tú seas, por lo que seas. Mira en lo alto hacia el cielo, cierra los ojos y no te canses nunca de soñar. La vida es muy corta para no ser felices.



En este momento tienes una espina clavada, y tienes que quitártela para acabar con ese dolor que sufres cada día que la llevas dentro. Cuando te la quites te va a doler, claro, pero por un par de días. Después de eso veras que valió la pena sufrir un poco de dolor para acabar con otro que habría durado más de dos días... (En tu caso 8 meses...)

Hoy me dijeron esto, es la mayo verdad que me han dicho en mucho, me ha hecho pensar y he de decir que he tomado la decisión de arrancar esa espina de cuajo, sí, me va a doler, pero cicatrizara, con todos sus recuerdos dentro….

lunes, 1 de abril de 2013

137. Dependencia de un (simple) despertador


Me he parado a pensar y me he dado cuenta de algo; si ahora no estuviese aquí, nadie me echaría de menos, la vida seguiría para todos como si nada hubiese ocurrido.
No puedo más, ha llegado a un punto en que ni yo misma me quiero, es mirarme al espejo y querer cambiarlo todo de mí, o mejor aún, ni querer mirarme al espejo.
Me siento sola, siento que soy una decepción constante para todo el que me rodea, siento que quiero dar la imagen de persona madura e independiente, pero lo cierto es que a cada paso que doy una estela de errores pasados me acompaña… y … siento que nadie merece tenerme a su alrededor.
Soy una chica de carne y hueso, estoy acostumbrada a hacerme la dura, pero últimamente necesito un abrazo, una sonrisa y un beso en la frente, de esos que dicen que todo irá bien.
Odio que me digan cosas a lo, que “soy guapa” que “valla a por otro”, porque 1. No es así y 2. ¡NO QUIERO A OTRO!
Necesito desplegar las alas y volar, sentirme libre, buscar un cambio más en mi vida, una independencia, aprender a superar el pasado, embarcarme en una nueva etapa de mi vida.
Pronto tendré los 17 y serán los años con lo que mi nueva vida empezará; universidad, independencia… sin temores, ni pasados oscuros.
Necesito tener a alguien a mi lado, pero en mi cabeza solo existe uno- y es que el amor no es algo que se pueda apagar sin más, no tiene un interruptor para poder ponerlo en 'OFF' y ya está, se acabó… no… el amor siempre permanece dentro de cada uno de nosotros. Y más esa persona por la que te enamoraste por primera vez….
He llegado al punto de no saber que deparará  mi futuro  me despierto por obedecer al despertador y no porque quiera; respiro para mantenerme con vida un día mas; y me voy a dormir pensando que solo, me tengo a mi misma de ahora en adelante…